jueves, 11 de mayo de 2017

Cuidar el Fútbol Infantil: una tarea de todos

(Por Pablo Isi)

Una LIGA DE FÚTBOL INFANTIL, con el prestigio y la calidad organizativa que tiene FADI, no se hace en dos días. Que haya listas de clubes de otras Ligas ingresando cada año, y que se valoren muchos aspectos en los que FADI se destaca, como la organización, el cuidado por la disciplina y el nivel deportivo, no sólo debe ser motivo de orgullo para quienes somos parte de esta Liga (Todos), también debe implicar responsabilidad conjunta en el cuidado de la misma.

Desde los lugares que cada uno de nosotros ocupamos, defender los aciertos e intentar modificar los desaciertos es una buena manera de cuidar el ámbito donde unos DOCE MIL chicos de entre 5 y 13 años se forman deportivamente, y crecen rodeados de amigos, contención e identidad colectiva.

Nada hay más antipático en una Liga deportiva, que hablar de sanciones o castigos; pero es un punto necesario si de lo que se trata es de intentar que el ambiente en el que se desarrolla el fútbol infantil sea lo más sano posible. Ya bastante tenemos con las presiones de padres/madres, delegados, y las propias que se imponen los chicos en toda competencia, como para agregarle violencia en cualquiera de sus formas.

El cuidado de la disciplina en el Fútbol Infantil no puede equipararse al derecho penal, pero algunas opiniones vertidas sobre éste pueden sernos útiles para entender que objetivo se persigue cuando se determinan sanciones.

Al respecto, Foucalt decía que "Los efectos más intensos no se deben producir en el culpable, sino en los que pudieran llegar a serlo"; o sea que, la sanción que se aplica ante determinada falta, más que para castigar al sancionado es para prevenir a otros de que romper las normas implica una desventaja clara y contundente.

En ese sentido debe analizarse, a mi entender, las quitas de puntos, u otras sanciones que son muchas veces debatidas bajo la preocupación indiscutible que se castiga en los resultados deportivos de los chicos, irresponsabilidades de los adultos a las que ellos son ajenos.

La experiencia demuestra, no sólo en FADI, sino también observando las realidades de otras Ligas, que no hay manera de que los comportamientos adultos se vean más condicionados, que ante esta "amenaza" reglamentaria de perjudicar a lo que más queremos.

Nada tiene sentido, ni en lo organizativo ni en lo deportivo, si no se parte de limitar en todo lo que se pueda, las actitudes de los adultos que influyen negativamente sobre los chicos. Es muy difícil poder implementar algunas cuestiones, como el mensaje negativo que baja de algunos padres/madres o entrenadores sobre sus hijos o dirigidos, ya que por un lado eso es imposible de controlar, y por el otro, implicaría colocarse en una especie de Juez de Valores en cuestiones en las que no hay verdades absolutas, y mucho menos títulos de mejores o peores formadores o educadores.

Pero lo que si podemos y debemos implementar, es la definición de conductas negativas que queremos desterrar, para lo cual, las sanciones preestablecidas para todos de antemano, deberían servir como mecanismos de persuasión.

Para ello, el Reglamento de FADI, consensuado y conocido por todos los que participan de la Liga, regula y limita este tipo de comportamientos, pero no puede profundizar en otros que no son tan fáciles de comprobar.

La aplicación de las sanciones que establece este Reglamento se basa en los INFORMES, que los representantes de los clubes y el árbitro envían al Tribunal de Disciplina después de cada jornada deportiva. Esta es la base de cualquier hecho a evaluar por el mismo, y de alguna manera, descansa en el supuesto que estas tres partes obrarán de BUENA FE, y con la VERDAD en el relato de los hechos.

También puede suponerse, y con razón, que de las tres, es el ÁRBITRO el que informará de manera más IMPARCIAL sobre lo sucedido, ya si bien no puede dudarse de lo que expresan los Representantes de los Clubes, se podría inferir que al estar defendiendo los intereses de su club, podrían llegar a omitir o tratar de mitigar responsabilidades que puedan afectarlos.

Por lo tanto, el INFORME DEL ÁRBITRO es vital para que las resoluciones sean JUSTAS e IMPARCIALES. Su palabra es más valorada que las de los representantes por lo que decíamos en el párrafo anterior, y porque al ser el encargado de impartir justicia dentro de la cancha, en el estamos confiando una buena parte de todo eso que decimos cuidar en beneficio de la salud mental y física de nuestros chicos.


Tal es el grado de importancia que el Árbitro tiene para esto que cualquier falta de respeto hacia el, ES y DEBE SER SANCIONADA con todo rigor, porque en el colocamos la responsabilidad mayor en el cuidado de las condiciones en las que se juega.

El gran problema, no contemplado en el Reglamento ya que su aplicación es sobre los integrantes de los clubes, es si el Árbitro, para justificar errores que lo exponen o perjudicar intencionalmente a clubes por animosidades varias, MIENTE en el informe.

La Mentira no es fácil de comprobar, aunque la reiteración de contradicciones entre su informe y el de los representantes de los clubes puede llegar a dejarla en evidencia. Pero de lo que no hay dudas, es que si esto ocurriera, todo el andamiaje sobre el que se sostiene el cuidado de la disciplina de la Liga se desmoronaría en un instante, porque la Buena Fe del Árbitro se da por entendida y aceptada, y sobre ella descansa todo lo demás.

Acorde con la importancia de su función y de las normas que lo protegen, deben ser las respuestas si esto ocurriera y se comprobara.

El plantel de árbitros de las tres ligas que dirigen en FADI es, en líneas generales, de MUY BUEN NIVEL. Coinciden en eso las personas que vienen de otras Ligas, y quienes desde hace años compiten en ella. Para ello, a la aplicación del reglamento se suman otras condiciones que tienen que ver con las cualidades humanas que deben tenerse en el Fútbol Infantil para desdramatizarlo y tratar de limitar presiones excesivas. Esa valoración que hacemos de las personas que abrazan esta vocación, también implica que el RESPETO que tenemos la obligación de brindarles no sea opacado en nada, por conductas individuales que no deben ser utilizadas para generalizar.

EL FÚTBOL INFANTIL es la razón de ser de la Liga, y el motor del esfuerzo que muchísima gente hace en cada club día a día. CUIDARLO ES TAREA DE TODOS.





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