En Mayo de 1.917, el Mundo no era un lugar tranquilo. Apenas un mes antes, Estados Unidos declaraba la guerra a los imperios centrales europeos, y la contienda que se había iniciado tres años antes, adquiría carácter de Guerra Mundial. En Rusia, la revolución derrumbaba el imperio de los zares y los bolcheviques empezaban a transformar el estallido en lo que luego sería la Revolución de Octubre que cambiaría para siempre el mapa político del planeta.
En Argentina gobernaba por primera vez un presidente electo por el voto secreto y obligatorio masculino, Hipólito Yrigoyen, que un año antes había sido electo por 339 332 votos contra 153 406 del Partido Conservador.
Rácing Club iba a ganar el campeonato de Primera división, en un fútbol todavía amateur, superando en la tabla a River, Boca y Huracán que ocuparían los puestos siguientes en la tabla.
Hacía apenas cinco años que el Titanic se había hundido en las heladas aguas del Atlántico Norte en su viaje inaugural, y un tal Albert Einstein, de jóvenes 38 años, explicaba a los científicos del mundo el alcance de su Teoría de la Relatividad, publicada un año antes.
Buenos Aires comenzaba a poblarse y a extenderse: al sur del Riachuelo, Barracas al Sud, que desde 1904 ya se llamaba Avellaneda, era la mayor ciudad industrial y obrera de la República Argentina, y Lanús (que recién sería declarado Partido en 1944) una localidad en crecimiento, al ritmo de los saladeros, granjas y comercios que desde fines del siglo anterior surgían del esfuerzo y el empuje de los criollos del lugar y la primera oleada de inmigrantes europeos, fundamentalmente españoles, italianos y franceses.
La apasionante historia de la formación de nuestros barrios se nutre del esfuerzo y el afán de progreso de hombres y mujeres que vinieron a hacer, a hacerlo todo, a construir no sólo el lugar donde vivir y trabajar, sino también donde desarrollar ellos y sus hijos, la necesidad de educarse, curarse, juntarse y recrearse.
Nuestros Clubes sociales son hijos de eso, de esas necesidades imposibles de resolver desde la iniciativa individual, y destinadas a ser causa y consecuencia de la unión, del esfuerzo colectivo y el espíritu comunitario.
Talleres de Remedios de Escalada en 1906, Lanús y El Porvenir en 1915, son los primeros clubes en fundarse en el distrito, y quizás el espejo en el que un montón de barriadas apenas pobladas empezaron a dar forma a su propio lugar de encuentro, de reunión, de espacio cultural y deportivo para los más jóvenes y para los que no se resignaban nunca a dejar de serlo.
Ignacio Lastiry, Camilo Costa, Arístides Dedé, Luis Galeazzi, son algunos de los pioneros que un 20 de Mayo de 1917 decidieron que el baldío de la esquina podía tener piso, paredes y techo, y fundaron el Sportivo Sarmiento en una casa de Guido al 900 con las Bochas y el Teatro como actividades principales. El sueño tuvo casa propia dos años después con la compra de la propiedad en Pringles 872 que permitía sumar el básquet, iniciando un camino que hasta hoy no se ha detenido.
Los 40 fueron años de gran crecimiento de los clubes sociales del sur del conurbano, y el Deportivo Villa Sarmiento (ya con su nombre definitivo) adquirió en esos tiempos los terrenos lindantes a la sede inicial, construyendo la cancha que permitió sumar al fútbol y otros deportes de pista.
A lo largo de los años, el club se consolidó como centro fundamental de las actividades sociales, culturales y deportivas del barrio, y no fue ajeno a los avatares de las entidades sociales, siempre ligadas a la realidad del país. Tanto en los años de la dictadura como en la dura década del 90 para todo lo que fuera social y comunitario, las crisis golpearon y debilitaron a muchos de nuestros clubes dejándolos casi al borde del colapso. También por esa prueba pasó el Deportivo Villa Sarmiento, que con aire renovado y sangre nueva volvió a ponerse de pie en los últimos años, para mostrarle a las nuevas generaciones que los sueños que aquellos pioneros se atrevieron a hacer realidad en Mayo de 1917, siguen siendo bandera y compromiso para los que hoy tienen la responsabilidad de sostenerlos.
Hoy el Club hace honor a aquellos ideales, y el Teatro y las Bochas que le dieron origen abrieron paso al Fútbol Infantil, el Taekwondo y el Patinaje artístico, entre otras actividades culturales, sociales y deportivas. Decenas de chicos pasan en el Club momentos que jamás olvidarán, construyendo amistades que perdurarán mientras vivan, y formándose en los valores que hicieron de los Clubes de Barrio un bastión de solidaridad e inclusión en las buenas y en las peores épocas que hemos pasado.
Nahuel Rey, presidente de la institución, es bisnieto de uno de los fundadores, y quiso la vida que le tocara estar en esa función en este 2017 tan especial, en el que el Deportivo Villa Sarmiento cumple su primer siglo. Junto a él, Gonzalo Díaz, Mariano Taibo, Lucas Romero, Sebastián Sampayo, Alicia Oliveri, Maxi Méndez, Hernán Fernández, Darío Aducci, Luciano Pintos, y el resto de la Comisión Directiva y colaboradores del club, podrán pararse en el lugar que elijan, a decirle a los Lastiry, los Costa, los Dede, los Galeazzi y al resto de los fundadores: Gracias muchachos, el sueño sigue!
FELICIDADES CLUB DEPORTIVO VILLA SARMIENTO !!!
FELIZ PRIMER SIGLO DE VIDA !!!
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