jueves, 11 de junio de 2020

Patinando en cuarentena



La inesperada aparición del COVID 19, modificó completamente la realidad diaria de millones de personas en todo el mundo. En Argentina, la rápida reacción del gobierno nacional que dispuso  el Aislamiento Social Obligatorio como política sanitaria preventiva, priorizó el cuidado de la vida y la salud para atravesar la pandemia con el menor costo humano posible.

Los clubes de barrio hoy están abocados, en su mayoría, a distintas acciones solidarias tendientes a paliar la complicada situación por la que atraviesan las familias, dejando a un lado forzosamente las actividades deportivas que miles de niños y niñas desarrollan en sus instalaciones.

El rol de les entrenadores en estos tiempos, también debió adaptarse y reformularse. Las charlas por zoom y los grupos de whats app se han convertido en un importante vínculo para la contención y recreación que hoy adquieren importancia vital para hacer más llevadero y menos traumático el aislamiento social.

El patín artístico ocupa un importante lugar en las actividades deportivas de nuestros clubes y la necesidad de dimensiones amplias para su práctica hace suponer que intentar sostenerlo desde la virtualidad es casi imposible. 

Laura Catrini, entrenadora nacional de Patín y profe del Defensores de Arenas nos cuenta: 
"Desde el primer momento intentamos sostener el grupo con las clases virtuales. La prolongación del aislamiento y las características de nuestra actividad  hacen complicado poder mantener esto en el tiempo, pero entendí rápidamente que había que buscarle la vuelta, por un lado para seguir entrenando con las lógicas limitaciones que implica hacerlo de esta forma, pero por otro, y quizás más importante aún, porque seguir haciendo lo que nos gusta en medio de esta situación, es un buen sostén anímico."

Para entrenar patinaje artístico en espacios reducidos, la "tablita" es una aliada formidable, que permite realizar movimientos de giro sin rayar superficies y ampliar el campo de la actividad física, vinculándolo a la propia disciplina. "Ninguna patinadora va a salir de la cuarentena patinando mejor de como lo hacía el empezar el aislamiento -continúa Catrini- pero mantener la actividad en estas condiciones es un desafío. Para las nenas es escaparle a la rutina del encierro haciendo lo que les gusta, y para las profes es muy gratificante sentir que desde nuestro lugar colaboramos a eso de una forma diferente a la habitual. Sentir que lo que hacemos sirve, va más allá de lo deportivo y en ese sentido el ida y vuelta que logramos generar en los grupos nos mejora como profes y como personas. En mi caso, el vínculo afectivo es importante. El patinaje es una disciplina individual, pero siempre tengo en claro que como toda actividad deportiva, tiene un rol social y formativo que trasciende a eso y que en definitiva sirve para la vida."

No seremos los mismos después de esta pandemia. Quienes somos parte de la vida social y deportiva de los Clubes de Barrio, sabemos de qué se trata eso de construir desde lo colectivo y pensarnos como equipo en el deporte y en la vida. 

El patinaje artístico tiene características distintivas. En el deporte grupal, esa integración aparece más naturalmente que en las disciplinas individuales, pero trabajar en eso y complementarlo con la competencia es un valor agregado inestimable.

Siempre es una buena noticia que quienes están a cargo de la formación deportiva en edades tempranas, tomen esta cuestión con responsabilidad y compromiso social. El deporte infantil forma personas, y en nuestros clubes de barrio la importancia de esa función social siempre debe estar por encima de cualquier otra cosa.


Pablo Isi

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